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Que las nuevas tecnologías están presentes en nuestro día a día es una afirmación 100% acertada. Todos y cada uno de nosotros vemos como la tecnología, la conexión a internet y la comunicación a través de la red, es algo prácticamente imprescindible para nosotros. De ahí que la propia tecnología y la era digital planteen diversos retos para los educadores y padres de los niños desde etapas infantiles, porque la controversia está servida a la hora de opinar si debemos sumergir a nuestros hijos en el mundo digital o si por el contrario se podría considerar un error.
En primer lugar, sería oportuno que entendiésemos el mundo en el que van a vivir nuestros hijos en el futuro y si en base a esto estamos o no de acuerdo en dejar que nuestros hijos desde muy pequeños estén conectados a las nuevas tecnologías. En cierto modo el error lo encontramos en pensar que nos equivocamos al dejar a nuestros hijos entretenerse con las nuevas tecnologías, el error está más bien en dejar que esas tecnologías sean el medio de distracción de nuestros hijos cuando en realidad nosotros debíamos ser quienes estuviésemos con ellos y prestarles la atención que necesitan.
Algunos datos muy reveladores nos acercan hacia la realidad de la educación infantil y las nuevas tecnologías porque más de un tercio de los niños con tan solo dos años ya saben manejar una Tablet, si bien para tareas básicas, pero al menos entienden el funcionamiento de esos aparatos digitales.

¿Cuáles son los criterios para encontrar el equilibrio entre educación infantil y nuevas tecnologías?

Por un lado, están quienes optan por demonizar las nuevas tecnologías por lo que como consecuencia los niños verán esas herramientas como algo inútil y casi en cierto modo perjudiciales; y hay quienes optan por el uso no responsable, donde no se establecen límites reales. En este sentido, encontramos la contra parte de ambas versiones y es la permisiva pero restrictiva, sabiendo en cada momento cómo actuar ante las necesidades del niño.

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