El pasado fin de semana se celebraba el día internacional del libro, pero aún nosotros seguimos a la tendencia literaria que se arrastra tras esta semana cargada de eventos en muchas ciudades del país. Hacer partícipes a los niños desde edades muy tempranas en los hábitos de lectura es clave para su desarrollo intelectual.

Hoy nos centramos en el gran papel que tienen los libros de cuentos para los más pequeños. Los niños con los cuentos no solo fomentan su imaginación sino que entre los 1 y 3 años pueden aprender a través de los cuentos los hábitos más cotidianos. Son una herramienta que les enseña a afrontar situaciones que para ellos serían nuevas, a convertirlas en situaciones prácticamente normales al conocerlas de la mano de sus personajes favoritos de los libros.

En muchas ocasiones, los libros no solo sirven de ayuda en casa a los padres, sino que muchos educadores utilizan los cuentos en etapas tempranas para conseguir que los pequeños se concentren en los detalles y en muchas ocasiones descubran por ellos mismos lo que ocurre dentro de la pequeña trama de la historia.

Los libros entonces se convierten en pequeñas ventanas que permiten a los niños asomarse al mundo, porque aunque podamos pensar que solo los trasladan a otras realidades, en el caso de los cuentos para los primeros años de vida de los niños, estos los trasladan a lo que será su propia realidad. No es de extrañar por tanto que encontremos libros en los que sus protagonistas lo único que hacen sea prepararse para ir a dormir, lavarse los dientes, o vestirse. Aunque los libros de animales siguen siendo un clásico entre todos los niños de infantil.

Como educadores siempre podemos utilizar la herramienta del cuento para poder acercarles a los más pequeños historias simples pero con valores concretos. La clave está en conseguir plantearles las ideas de manera sencilla y además divertida. Educar con palabras pero además con dibujos a través de los cuentos es una de las técnicas que ha de aprender cualquier educador infantil.

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