Seguro que muchos de vosotros habéis sido conscientes de que la publicidad últimamente pretende crearnos algún tipo de emoción y si no, pensarlo, no habéis experimentado algún tipo de emoción recientemente con algunos anuncios ¿pena, alegría, euforia, compasión? Se trata de una de las partes del marketing de las emociones, en cual pretende que el potencial consumidor se pueda identificar no solo con la historia del anuncio, sino directamente con la marca.
De esta manera, el marketing de las emociones se crea para hacer que los diferentes consumidores conecten de manera más directa con el producto. Ya no se pueden considerar meros receptores del mensaje, sino que se han de sentir parte del mensaje, se han de poder poner en la piel de los protagonistas del anuncio en cuestión. Porque ahora se necesite que las personas puedan conectar de una manera más directa con las marcas, hacerlas suyas y hacerlas parte de su vida y de su experiencia propia.
En la evolución de esta parte del marketing, se espera que las personas construyan experiencias alrededor de la marcas, creen emociones y que de esta manera al ver este tipo de publicidad se puedan seguir identificados con las historias que en esta parte del marketing de las emociones se cuenta.
En este sentido el marketing de las emociones no solo busca conectar con sus consumidores a través de la publicidad, sino que intenta hacerlo a través del propio producto, porque la marca se ha esforzado en entender por qué es tan necesaria para el consumidor y ha creado un producto a medida de la persona. Se crea de esta manera no solo una experiencia a través de la publicidad, sino del propio uso del producto o servicio.
En cierto modo podemos hablar de una dimensión afectiva de la publicidad y de las emociones. Conectando así con la vida de los potenciales consumidores y empatizando con sus experiencias y posibles emociones. ¿Sabes ya de algún ejemplo de marketing de los momentos o marketing de las emociones que te haya hecho conectar con la marca?