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Hace más de tres décadas, se introdujo en el mercado el Omeprazol. Esto significó un avance en la batalla contra las enfermedades relacionadas con el ácido gástrico, pero estudios recientes afirman que más del 50% de las prescripciones de este medicamento son inadecuadas y el mal consumo de Omeprazol trae consecuencias.
En España de cada 1000 personas, 85 toman esta medicación o algún derivado a diario, mientras que en Noruega la cifra se reduce a 30 personas, 27 personas en Italia, lo que significa 70% por encima de la media europea.

En la actualidad es común el uso del omeprazol como protector gástrico, sin que exista algún efecto adverso, algún síntoma relacionado a una hipersecreción gástrica y en ocasiones sin indicaciones claras.
El consumo por periodos prolongados de tiempo sugiere un incremento en el riesgo de apariciones de lesiones gástricas premalignas: pólipos, atrofia o metaplasia intestinal, la más preocupante es el cáncer.
Estudios anteriores demuestran que existe un riesgo de cáncer de estómago del 43% en las personas que consume omeprazol a largo plazo.
Un estudio que fue publicado el pasado 31 de octubre de 2017 en la revista Gut, arrojo el siguiente resultado: el uso de este medicamento a largo plazo se asocia con un riesgo de cáncer gástrico 2,4 veces mayor en personas en lo que se le había eliminado Helicobacter pylori (bacteria que incrementa el desarrollo del cáncer gástrico).
Por otro lado, el mismo estudio recomienda a los médicos a controlar las recetas de esta medicación a largo plazo a los pacientes, ya que la dosis y duración de este tipo de fármacos aumenta el riesgo de cáncer de estómago.
Todo este ha conllevado a que exista una reducción en la dosis, la suspensión de tratamiento o uso de dosis bajo demanda en pacientes adultos que hayan terminado un tiempo mínimo de 4 semanas como tratamiento de la acidez estomacal de intensidad leve/moderada cuyos síntomas ya estén resueltos, con el objetivo de conversar la seguridad de los pacientes. Esto no se solía hacer y los pacientes seguían consumiendo el medicamento sin ser necesario.
Los beneficios del tratamiento con omeprazol, a corto plazo como al largo plazo, superan los posibles riesgos o afectos secundarios, siempre y cuando la indicación clínica de su administración, la dosis recomendada y la duración del tratamiento aplicado sean los adecuados.

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