Tener un hijo es uno de los acontecimientos más importantes de la vida de una persona. Seguir su trayectoria, ver cómo crece y ayudarlos cuando lo necesitan, son algunas de las tareas que los padres han de hacer frente para poder criarlos de manera segura. No es de extrañar, por tanto, que en muchos casos, los propios padres se preocupen de los peligros de las guarderías, si bien es cierto que en determinados casos se llevan al extremo estos “peligros”.
¿Qué peligros hay en las guarderías?
- Una de las grandes preocupaciones de los padres son las enfermedades y posibles infecciones. Lo cierto es que no siempre han de ser una preocupación que se deba a llevar al extremo, porque las guarderías tienen sus propios protocolos para evitar que haya un contagio que llegue a todos los niños y por tanto que las infecciones se propaguen de manera descontrolada.
- El equipamiento de las guarderías también suele preocupar a los progenitores. En estos casos, podemos afirmar que todas las guarderías han de pasar un control para que tanto su equipamiento, como los juguetes se adecúen a los niños que irán a esa guardería.
- Capacidad de los cuidadores, los educadores de niños en etapas infantiles suelen tener una formación específica en este ámbito, por lo que la propia confianza de los padres en estas personas es clave, aunque su formación los capacita en todo momento para poder no solo cuidar a los niños, sino también a poder educarlos de la mejor manera.
Aunque se considere que en las guarderías hay ciertos riesgos y peligros, debemos considerar también los beneficios que disfrutarán los pequeños. El hecho de poder relacionarse con niños iguales en edad es muy valorable, porque podrán aprender por imitación y desarrollar sus capacidades sociales.
En todo caso, la conveniencia de llevar a nuestros hijos a la guardería o no, dependerá en todo caso de la situación familiar y del niño en sí, porque su salud y sus capacidades así como sus necesidades, influirán mucho en la propia decisión de los padres.