¿Quién no tiene un empaste? El procedimiento de empaste dental es uno de los procedimientos más comunes en las consultas de los dentistas, pero lo que no se sabe es que muchos de los higienistas se deben de enfrentar a ellos a la hora de realizar las limpiezas bucales en profundidad, porque aunque los empastes son procedimientos que mantienen las caries a raya, en ocasiones también son motivo de acumulación de suciedad a su alrededor.
En el caso de practicarse el procedimiento de empaste dental, lo primero que se hace es limpiar la cavidad que se ha producido por la caries. Más tarde lo que se realiza es un grabado y se aplica un adhesivo para sustentar el material de relleno. Lo que ocurre es que con el paso del tiempo ese material de relleno se puede desprender o deteriorar y ahí es donde se corre el peligro de que la suciedad se vuelva acumular.
La razón por la que hoy os venimos hablando de los empastes dentales se relaciona directamente con el hecho de que en ocasiones la gente considera innecesaria una revisión y limpieza bucal, ya que su problema ha sido resuelto, pero lo cierto es que se hace incluso más necesario el controlar esa zona ya que con el tiempo esos empastes se deterioran y pueden provocar más problemas de los esperados.
Además hay que tener en cuenta el tipo de empaste que se ha realizado, si se trata de un empaste de metal o de resina. En el caso de los empastes de metal se sitúan como unos de los más frecuentes y suelen ser muy duraderos, pero estéticamente plantean problemas porque resaltan mucho. Por su parte, en el caso de los empastes de resina, sí son mejores estéticamente pero su duración es mucho menor, por lo que pueden generar más problemas. En todo caso, siempre resulta oportuno considerar la posibilidad de contar con un especialista en higiene bucodental para nuestro asesoramiento, aunque se trate de problemas tan sencillos como los empastes.