Muchos de nosotros hemos sido partícipes de las canciones infantiles. A muchos de nosotros nos acompañan hasta la vida adulta, por eso hoy nos preguntamos el por qué de la música y de su presencia en las etapas tempranas de la educación, ya que a día de hoy se siguen utilizando técnicas músico-educativas con los más pequeños.
Los niños, independientemente de su edad, reaccionan al sonido, de ahí que los educadores infantiles se aprovechen de esta atracción para llamar la atención de los niños. Ciertos estudios por ejemplo han demostrado que los niños reaccionan ante los sonidos graves con un nivel mayor de relajación, mientras que los sonidos agudos les alteran. Las canciones y melodías suelen ser sinónimo de bienestar y protección, porque a través de la música los niños pueden conectar con más facilidad y mantener la atención. En este sentido, sin nos paramos a pensar muchas de las películas infantiles incluyen partes de canciones, tanto que podríamos considerar que son pequeños musicales disfrazados de películas infantiles. Una de las razones puede ser esa capacidad de atracción que tiene la música en los niños.
Además a través de la música, los niños pueden desarrollar su capacidad auditiva, proporcionando también la oportunidad de ejercitar y desarrollar la memoria (a la hora de repetir los mensajes de las canciones dentro de su melodía) y desarrollar su capacidad de atención (al tener que mantener la concentración en lo que se le está transmitiendo en la canción). En este sentido y quizás una de las características que las canciones infantiles tienen y que muchas veces no se tienen en cuentan, es que fomentan la interacción entre los educadores y los niños, pero también entre el propio grupo de niños.
No es extraño por tanto que las personas decidieron ejercer como educadores infantiles recurran a menudo a las canciones y a la música para mantener entretenidos a los más pequeños, así como para poder transmitirles valores y conocimientos. A través de la repetición de muchas de estas canciones los más pequeños pueden retener información, en definitiva aprender jugando.