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A todos nos suena a frase típica de “lea las instrucciones de este medicamento y consulte al farmacéutico”, el mensaje posterior a un spot publicitario sobre medicamentos, es directo y conciso, pero quizás no habías pensando las implicaciones que este mensaje lanzado a la población española puede tener. Ante una duda sobre un medicamento desde hace ya años, cualquier español se le puede venir a la mente la posibilidad de consultarle a su farmacéutico.
Ese mensaje es incluido en los anuncios de los medicamentos españoles a raíz del Real Decreto 1416/1994 de 25 de junio, por el que se regula la publicidad de los medicamentos de uso humano. En esta norma es de donde surge la idea de de incluir en apenas unos segundos este mensaje tan directo para los consumidores, que nos hace entender las consecuencias que puede tener un mal uso de estos productos. Además, este pequeño mensaje nos sirve para diferenciar qué producto en apariencia es medicamento y cual no, porque la inclusión de este mensaje hace que su venta se haga exclusivamente en farmacias y no en parafarmacias.
Quienes están detrás de un mostrador en las farmacias saben que son muchos los usuarios que acuden hasta sus establecimientos a pedir consejo sobre un determinado medicamento o su uso. La formación en el ámbito de la farmacia habilita a estos profesionales a ser capaces no solo de informar sobre el uso de un medicamento, sino incluso de individualizar ese medicamento dependiendo del problema o caso planteado por el usuario.
Cuando nos enfrentamos a la lectura del prospecto de un medicamento, en muchas ocasiones las indicaciones e instrucciones de estos son demasiado complejas. La persona más idónea para ayudarnos después de nuestro médico es el farmacéutico. Conocer tanto la composición de los medicamentos en base a los principios activos que estos contienen o las propiedades que aglutinan es clave a la hora de poder recomendar y aconsejar sobre la utilización de un medicamento para una determinada dolencia.
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