Es sabido que tener el colesterol malo (LDL) alto, supone un problema para la salud, sobre todo en lo que respecta a las enfermedades cardiovasculares. Llevar a cabo una dieta para el colesterol es la mejor manera de prevenir cualquier tipo de inconveniente que esta afección pueda producir.
Lo ideal para que una dieta diseñada para mantener en colesterol en sus cifras recomendadas, dé como resultado unos valores adecuados, es que dichas cifras tengan un valor menor a 100 mg/dl, pues las que se sitúen por encima de los 160 mg/dl suponen un peligro para la salud. La dieta para el que colesterol se mantenga en sus niveles recomendados, ha de ser equilibrada; la propia dieta mediterránea resulta idónea para ofrecer buenas consecuencias alimentarias en la salud humana.
Un claro ejemplo de dieta óptima para el colesterol es la que potencia la ingesta de verdura, hortalizas y frutas, así como de semillas, frutos secos, cereales y, por supuesto, de aceite de oliva; (la grasa incluida en la dieta para el colesterol siempre debe ser saludable).
En este tipo de dieta conviene no contar con grasas saturadas, como es el caso de las que contienen las carnes rojas, los alimentos precocinados, los productos congelados y los de bollería industrial; todos éstos son perjudiciales para el colesterol, ya que son los que más aumentan el nivel del malo.
La dieta para mantener el colesterol en sus niveles más saludables no sirve de nada si no se toman por costumbre, además, una serie de hábitos esenciales en la rutina humana, tales como la disminución del consumo de alcohol, para no presentar altos niveles de colesterol malo en sangre, la eliminación del tabaco, con el fin de reducir este colesterol LDL y aumentar el bueno, HDL, la reducción de la sal en las comidas, para evitar accidentes cardiovasculares por la subida del colesterol malo, y la práctica habitual de ejercicio físico; andar a diario es muy recomendable, en este sentido, ya que supone una actividad aeróbica.
El colesterol malo, en niveles altos, suele darse en personas que padecen sobrepeso u obesidad, aunque no siempre está sólo presente en estos casos. Es posible que al perder peso, dichos niveles se vayan reduciendo sin necesidad de establecer una dieta específica para el colesterol; no obstante, tomar cualquier medida nutricional siempre debe ser una labor a cargo de profesionales expertos/as.
Alimentos para bajar el colesterol rápidamente
En la industria alimentaria, existen diversos alimentos que resultan apropiados para bajar los niveles de colesterol malo, rápidamente, si se sigue una rutina dietética disciplinada.
Este tipo de alimentos suelen ser los anteriormente mencionados, pero también cabe destacar, de forma más específica, aquellos que son ricos en fibra, como el salvado de avena, además del pescado azul, (que se recomienda comer al menos tres veces por semana), y los alimentos que tienen ácidos grasos omega-3, las nueces, las almendras, los alimentos con esteroles o estanoles vegetales añadidos, el aguacate, los inhibidores de la enzima HMG-CoA, como las semillas de lino y chía, las espinacas o el rábano, por poner algunos ejemplos.
Otros alimentos que resultan favorables para bajar rápidamente el colesterol malo son el jamón ibérico, la lecitina de soja, la berenjena cocida con su piel y semillas, el tomate sofrito, la nuez, la uva, el arándano, el arroz integral, la clara de huevo, el ajo, la alcachofa, la manzana y las carnes ligeras. Además, el té verde y el vino también ayudan a bajar los niveles de colesterol malo.
Alimentos que suben el colesterol
Aquellos alimentos de los que hay que prescindir en su mayor parte, en una dieta para el colesterol, o que aumentan las posibilidades de padecer hipercolesterolemia y conviene por tanto reducir su consumo, son: los quesos, las carnes rojas, piel de pollo, las galletas, los fiambres y embutidos, los huevos, los mariscos, la casquería y vísceras, el azúcar y los productos azucarados, en general, así como la bollería industrial, la manteca de cerdo, los productos ultraprocesados y los lácteos enteros.
En el caso de la leche, cabe destacar que al ser rica en grasas saturadas, favorece la subida del colesterol malo. Sin embargo, los lácteos no intervienen tanto en ello como otros alimentos, pero es recomendable que los productos enteros (como la mantequilla, la margarina o la leche entera), sean sustituidos por lácteos desnatados o semidesnatados con vitaminas liposolubles.