El envejecimiento de la piel es una cuestión que preocupa a gran parte de la población. Este problema se manifiesta de manera latente en muchos casos a través de la aparición de arrugas, la pérdida de volumen y la flacidez de distintas zonas de la cara. Es lógico por tanto, que muchos acudan a las farmacias y parafarmacias buscando una solución mínimamente invasiva para este envejecimiento en ocasiones excesivamente prematuro.
En cierto modo, nosotros somos perfectamente capaces de actuar contra las causas externas del envejecimiento de la piel. El estrés oxidativo en muchas ocasiones lesiona nuestra piel e identificar los factores que derivan en este estrés es clave para combatirlos. Los expertos en farmacia y parafarmacia nos apuntan que suelen tener gran incidencia en nuestra piel:
- Sol, el fotoenvejecimiento es apreciable en la piel de muchos paciente e incluso la denominada pigmentación desigual de ciertas zonas de nuestro cuerpo, como es el caso de la cara o los brazos.
- Polución, la contaminación presente en las ciudades hace que nuestra piel no transpire lo suficiente, por lo que no se podrá regenerar con tanta facilidad. Además, en ocasiones, la contaminación agrava los efectos negativos del sol.
- Nutrición, el exceso de grasas también tiene un efecto negativo en nuestra piel. Preocuparnos de ingerir la cantidad adecuada de frutas y verduras puede tener un impacto muy positivo en nuestra piel, dejándola más limpia y con capacidad de transpiración.
En este sentido, en muchas ocasiones es convenientes preguntar en la farmacia qué cosmético es más conveniente para nuestra situación y por supuesto para nuestro tipo de piel. En cualquier caso preocuparnos por tener una piel sana. El hecho de que tenga un nivel de envejecimiento mayor o menor no es la cuestión más importante, sino el cuidado y por tanto el hecho de que no se generen enfermedades relacionadas con la piel y que deriven en cuestiones tan preocupantes como melanomas o cánceres de piel.