Teniendo en cuenta el coaching como un proceso de ayuda hacia las personas, mediante el aprendizaje, la explicación y el descubrimiento de nuevas vías para lograr unos objetivos concretos, en este contexto surge un concepto que cada vez más tiene arraigo pero que a veces da lugar a confusión. Se trata de la relación existente entre esta técnica y la práctica de una alimentación adecuada; en este post vamos a hablar sobre qué es el coaching nutricional.
Alguna vez hemos oído la frase “somos lo que comemos”; pues bien, este lema no va desencaminado con los logros que pueden alcanzarse a través de un seguimiento profesional en el plano de la nutrición y la motivación, pues una nutrición adecuada no sólo es recomendable para el organismo, sino que además supone un estilo de vida, (lo cual asocia el proceso nutritivo con nuestras emociones). Es entonces cuando se nos despierta la curiosidad de saber para qué sirve el coaching nutricional. A parte de mantener la salud y fortaleza del organismo, el coaching nutricional puede contribuir a prevenir enfermedades cardiovasculares, degenerativas y articulares, así como la depresión, por lo que se trata de un completo proceso que persigue, en definitiva, mejorar nuestra calidad nuestra vida.
A diferencia de lo que sería un tratamiento dietético o nutricionista, puramente ligado al control alimentario y su repercusión física, a través del coaching nutricional toda persona que se someta a su práctica puede identificar y vencer sus obstáculos, creando un entorno propicio y adoptando la actitud y determinación necesarias, con el fin de alcanzar un cambio en la alimentación para mejorar tanto ciertos aspectos personales como el estilo de vida.
Vemos así que las directrices marcadas para aplicar el coaching nutricional difieren de un plan dietético convencional. Aun así, no es recomendable que cualquier persona experta en coaching realice este tipo de intervenciones, pues además de disponer de los conocimientos necesarios en motivación y superación personal, es requerido que los / las profesionales que lleven a cabo estos procesos en pacientes, sean profesionales especialistas en nutrición. De este modo, y dependiendo de las circunstancias de cada persona, la instrucciones pueden aplicarse a través de coaching nutricional para niños y padres, en casos concretos que repercuta sobre cuestiones familiares o educacionales, coaching nutricional para mujeres, para abordar diversos aspectos de la alimentación como pueden ser los tratados durante o después de un embarazo, por poner otro ejemplo, e incluso mediante coaching nutricional para empresas, si lo que queremos es acercarnos a conseguir una serie de logros en el plano laboral.
Partiendo de la base propia del coaching de que “nada es imposible”, para empezar a trabajar la alimentación en este sentido es prioritario que marquemos una serie de objetivos realistas a lograr, en el ámbito que sea conveniente. Tras ello, el coaching nutricional trabaja la motivación, buscando los beneficios que proporcione el cambio alimentario necesario, de modo que así sean superadas ciertas barreras a través de recursos internos y externos encontrados para eliminar cualquier tipo de obstáculo. Mediante una serie de acciones puestas en marcha para alcanzar la meta deseada, los objetivos a conseguir han de estar presentes en el día a día a la hora de comer, a la vez que se consiguen gestionar las emociones y el modo en que éstas influyen en la alimentación; tomando estas pautas como base, optimismo e inteligencia entran a formar parte estratégica del trabajo para llegar al nivel de satisfacción deseado en el compromiso marcado.
Aspectos como el coaching nutricional y deportivo, así como el coaching nutricional y sanitario, pueden ir perfectamente ligados en el proceso profesional de mejora motivacional y saludable que llevemos a cabo.
Coaching nutricional para bajar de peso
El coaching nutricional para la pérdida de peso puede aplicarse en cierta medida. Sin embargo, este proceso va más allá que la subida o bajada de peso, pues los resultados de cambio que se obtienen mediante el coaching nutricional se generan de manera global, en todos los aspectos de la vida, y no solo en el plano alimentario.
Aquellas personas interesadas en bajar de peso mediante el coaching nutricional, por tanto, deben ser perfiles con la necesidad no sólo de adelgazar por su salud, sino que también presenten un cuadro de frustración, incapacidad, e incluso depresión, por no poder lograr sus objetivos de dieta. Es en estos casos donde el coaching nutricional es requerido para ayudar a lograr la pérdida de peso, paralelamente a la dieta o instrucciones profesionales recomendadas.
Coaching nutricional para tener éxito en tu dieta
Para tener éxito en tu dieta mediante el coaching nutricional, basta con seguir estrictamente las directrices de un/a profesional en nutrición y dietética, a la vez que se cumplen las pautas marcadas a nivel de coaching. No tendrás más secreto que mantenerte responsable ante los objetivos que te marques y tu relación con la comida, en base a la dieta que se te asigne profesionalmente y a las reglas de motivación sobre las que debas trabajar.
Si, aun estando motivado/a únicamente necesitas llevar a cabo una dieta, el coaching nutricional nunca va a estar de más para servirte como aliciente y descubrir a qué logros personales o profesionales te puede conducir. Es por ello que con el coaching nutricional tendrás menos probabilidad de abandonar tu dieta y querrás mantenerla en el tiempo.
Cómo ser experto en coaching nutricional
Para dedicarse profesionalmente al coaching nutricional, lo primero con lo que se debe contar es con la Titulación Oficial de Nutricionista, que puede obtenerse mediante los estudios de Grado Universitario en Nutrición y Dietética. Partiendo de esta base, muchas personas se preguntan dónde estudiar coaching nutricional y, en al respecto, hay estudios complementarios especializados en la materia, que pueden cursarse tanto en modalidad presencial como online.
La formación en coaching nutricional, asimismo, está al alcance de todas aquellas personas que deseen contar con los conocimientos necesarios en este ámbito, con el fin de indagar más sobre la disciplina o de aplicarse para sí los principios propios de este proceso, siempre recomendado bajo supervisión profesional.