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Uno de los principales problemas que sufren la gran mayoría de los pacientes de las clínicas dentales son las caries. Se consideran un problema menor pero con consecuencias terribles, por eso en la mano de un buen profesional del sector dental no está solo el curarlas o atajarlas sino también el evitarlas o prevenirlas. Todo suele comenzar con un cepillado adecuado, pero siempre acompañado de la suficiente regularidad y el uso de hijo dental y enjuagues bucales.
Las caries se presentan como pequeños agujeros que aparecen en los dientes provocados por los ácidos de nuestra boca. Por tanto, la principal causa de las caries es no prevenir la aparición de los ácidos tras las comidas. Las caries atacan en primer lugar el esmalte de nuestros dientes, para más tarde atacar la parte más blanda del diente.
¿De dónde provienen los ácidos que atacan a nuestros dientes? Esos ácidos se producen por la descomposición de los restos de alimentos que quedan entre nuestros dientes ya que la bacteria aprovecha esos alimentos para convertirlos en ácidos que afecten a nuestro esmalte dental. Para combatirlos habríamos de realizar un cepillado completo y a fondo después de cada comida, estemos en casa o fuera de ella.
La saliva en nuestra boca tiene un papel muy importante en lo que se refiere al tema de las caries. Se ha demostrado que la disminución de la saliva en la boca provoca la aparición de esta bacteria que pretende atacar y destruir nuestro esmalte. Masticar chicle o beber agua en abundancia hace que nuestra boca no se quede seca y por tanto consigamos mantener a raya los ácidos que generan las caries.
¿Recuerdas el mito de que comer caramelos aumenta la posibilidad de sufrir caries? Pues hoy hemos de decir que tal mito es más que cierto. La dieta juega un papel muy importante en la aparición de las caries por lo que ingerir caramelos o cualquier otro alimento con gran cantidad de azúcar afecta a nuestro PH y por tanto aumentan las posibilidades de sufrir problemas con las caries.
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