La medicina estética es el ámbito de la medicina que engloba aquellas técnicas enfocadas al tratamiento y mejora estética de las personas. Al conocer esta definición no extraña que el blanqueamiento dental se considere un tratamiento incluido dentro de la medicina estética ya que en muchas ocasiones es aplicado para mejorar el aspecto de ciertos pacientes y de su morfología bucal. Como vemos, el cuidado de la imagen llega hasta especialidades médicas tan concretas como la higiene dental.
Como muchos sabemos, el blanqueamiento dental consiste en la eliminación de las manchas que puedan presentar nuestras piezas dentales y por tanto en la aclaración de los dientes. Esta coloración dental que se presenta en muchas personas, viene dada por hábitos no saludables, como el tabaquismo, pero también algunos alimentos y bebidas pueden influir en nuestra boca.
En la mayoría de los casos es relativamente normal, encontrar que quienes se quieren practicar un blanqueamiento dental, lo hagan por motivos estéticos, porque una sonrisa blanca y sana suele ser mucho más atractiva que una que no luce. Ahora bien, los especialistas en higiene bucodental también recomiendan en ciertos casos y por motivos de salud, la posibilidad de realizar un blanqueamiento dental a ciertos pacientes. En estos últimos casos el blanqueamiento dental no se consideraría parte de la medicina estética porque su finalidad cambia.
La gran ventaja de los tratamientos de blanqueamiento dental, es que aunque deben ser administrados por profesionales del ámbito, se traten de tratamientos persiguiendo un objetivo estético, o se trate de tratamientos persiguiendo un objetivo médico, se pueden administrar en el domicilio de la persona. Estos tratamientos en casa, se aplican con una férula (una funda) que se adapta a los dientes de cada paciente y se suele colocar por la noche.
Ahora bien, hay ciertos tratamientos de blanqueamiento dental que se aplican por láser y siempre por expertos de este ámbito. En este sentido, se debe tener en cuenta que estos tratamientos han de ser controlados, tanto en su aplicación como en sus resultados futuros.