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La sociedad está avanzando a un ritmo que es incompatible con la alimentación tradicional que llevaban nuestros padres y abuelos. Un problema que estamos transmitiendo a nuestros hijos y que ha hecho que algunas comunidades autónomas como Andalucía se pongan las pilas en la materia y anuncien una nueva legislación contra la obesidad y los malos hábitos alimentarios en las escuelas

La obesidad es una pandemia que afecta a gran parte de la población actual, algo aún más grave cuando analizamos las cifras infantiles. Así que, a partir de ahora la bollería industrial, los refrescos azucarados y cualquier bebida o alimento que exceda de las 200 calorías queda estrictamente prohibido que se venda dentro de un centro escolar. 

Los problemas nutricionales tienen un efecto negativo multiplicador durante la infancia ya que afectan al desarrollo físico de los niños y les condiciona a desarrollar enfermedades en el futuro como la diabetes. Eliminando el acceso a este tipo de alimentos poco saludables en los centros escolares y sustituyéndolos por fruta fresca, snacks sanos y refrescos naturales, conseguiremos animar a los niños a comer mejor y reducir el consumo de azúcar y grasas saturadas. 

Esta ley también obliga a que, en el resto de los edificios públicos como los hospitales, si bien no se van a prohibir los snacks y los refrescos porque los adultos deben tener libertad de elección, sí se obligará a los responsables del centro a instalar una fuente de agua natural justo al lado de las máquinas de vending de refrescos y café. 

Si te gusta aprender sobre la alimentación y su efecto en el organismo y quieres ayudar a que la gente mejore sus hábitos y su salud, estudiar un Ciclo Formativo de Grado Superior en Dietética es una de las mejores opciones para acceder al mercado laboral. Sobre todo, ahora que las comunidades autónomas están tomando cartas en el asunto y quieren que los dietistas profesionales supervisen la nueva legislación y su efecto en los hábitos de los más pequeños.

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